San Juan Quechula y su “profunda” historia  

 

El templo del Señor Santiago permance sepultada desde hace casi 50 años.

La Iglesia de Santiago en San Juan Quechula, a dos meses de haber quedado descubierta casi en su totalidad, hoy luce cubierta parcialmente por las aguas del Río Grijalva.

Miguel López

Tecpatán

San Juan Quechula o la Vieja Quechula, fue una población de amplio esplendor en los tiempos en que los dominicos doctrinaban a los antiguos habitantes Zoques. Por su ubicación a las orillas del Río Grijalva, su actividad económica giraba en torno a los beneficios que le otorgaban las aguas de este vasto cauce. Considerándosele como un Puerto, ya que desde este lugar las personas que se dedicaban al comercio, desplazaban sus productos hasta Veracruz y viceversa.

 

Sepultada desde hace casi 50 años, esta edificación que fuera bastión de la evangelización española en las comunidades indígenas zoques, asentadas en la ribera del río Grijalva en el siglo XVI, hoy es solo un recuerdo donde reina la desolación; sin embargo, cuando emerge, la historia cobra vida y deja ver esta maravilla arquitectónica creada por los frailes dominicos.

Este majestuoso templo era sede del Santo Patrono, Santiago, el pueblo de Quechula tenía varios barrios, el Barrio de Santiago, San Miguel, La Cruz Blanca y El Calvario, donde la población se organizaba para realizar la fiesta del Santo Santiago.

“Es esplendorosa, fue parte del pueblo de Quechula, y por algo aquí sigue. Cuentan los viejos que de aquí viajaban a Veracruz, en canoas, y que llevaban sus cosechas y su producto a vender, era un viaje como de meses. Cuando baja el agua traemos turismo, porque quieren conocerla, le quieren tomar fotos” Expresa don Alfredo, Lanchero de la comunidad de Apic Pac, perteneciente a Raudales Malpaso, hoy municipio de Mezcalapa.

El Viejo Quechula, llegó a ser un pueblo grande y esplendoroso, incluso municipio libre; sin embargo, en 1913 cuando empezó a depender del municipio de Tecpatán, se administraba por agencia municipal y su primer agente fue Hermelindo Álvarez. Con la construcción de la presa, se perdieron bajo las aguas las mejores tierras de cultivos, pero sobre todo, a los habitantes de Quechula les dolió perder el templo del Señor Santiago. En el pueblo construido después de la desaparición de este lugar, aún se conserva la vieja campana que perteneció a este viejo templo.

El pueblo de Quechula perteneció a los Frailes Dominicos al menos, hasta iniciado el siglo XIX. Se dice que en 1771, el obispo de Chiapas ordenó que el curato o parroquia permaneciera a cargo de un regular o de un municipio, por lo que en 1778 la cabecera de Tecpatán y sus dependientes seguían regidos por dicha orden, situación prolongada de acuerdo a una cita de 1811.

El templo de más de 400 años de construcción, hace poco más dos meses emergió imponente de las caudalosas aguas del Grijalva, lo que conforma el embalse de la presa. La parte mejor que más se conserva y que mejor se puede observar y admirar es la fachada, aun cuando ha pasado poco más de 40 años bajos las aguas.

Hoy en día este desaparecido pueblo y su viejo representante en ruinas son más que una reliquia de la majestuosa construcción dominica, son una joya, un tesoro de los antiguos zoques, que nos da la oportunidad de conocer a través de la historia su eterno legado.