Más de 5 mil católicos participan en el Vía crucis

Juan Antonio González

 

El Vía crucis es una devoción centrada en los Misterios dolorosos de Cristo, que se meditan y contemplan caminando y deteniéndose en las estaciones que, del Pretorio al Calvario, representan los episodios más notables de la Pasión. Hoy, aquí en Tonalá se recordó una vez más esta fecha con la participación de más de cinco mil feligreses católicos, encabezando el grupo el sacerdote de la iglesia San Francisco de Asís Pedro Balam.

 

 

El caminar de los creyentes inició a las 9 de la mañana en la iglesia “La Medalla Milagrosa”, el grupo fue escoltado por una patrulla de la Policía Municipal y una ambulancia de Cruz Roja, quienes estuvieron al pendiente de las eventualidades que podrían resultar.

 

Los católicos por la avenida Iturbide y Rayón, colocaron lo que es las 14 estaciones, cada una de las cuales se fijó en un paso o episodio de la Pasión del Señor. En las estaciones los participantes recordaron la devota tradición cristiana, que propone a la meditación y contemplación; uno de los momentos importantes de la Pasión de Jesús.

 

“Perdona tu pueblo señor”, fue una de las melodías sacras que se escucharon en todas las calles que fue coreada por miles de gargantas, que pese a los fuertes rayos solares, a más de 38 grados, los vecinos también participaron en esta afluencia católica y colocaron recipientes de aguas para los participantes.

 

En este peregrinar nazarenos de todas las edades cargaron la Cruz, recordando así las caídas de Cristo, que según se dice cayó tres veces bajo el peso de la Cruz. Una de las prácticas habituales de la fe católica y que se ha transmitido con profunda reverencia de generación en generación es la rememoración del itinerario que Jesús recorrió desde el pretorio hasta el calvario: el Vía Crucis, el camino de la Cruz.

 

 

Al terminar el recorrido que duró dos horas, y concluyó en la iglesia San Francisco de Asís,  el sacerdote Pedro Balam, agradeció la presencia de todos los católicos y los invitó a meditar y practicar las acciones que Jesús en la tierra ofreció. Enfatizando que Jesús sufrió por salvarnos del pecado durante su pasión y muerte.