La decimoprimera estrella; un festejo en el baño

Ramón Morales recuerda cómo fue el último título de Chivas, el del Apertura 2006, y nota similitudes entre ese equipo y el actual

Foto y nota “Excélsior”

CIUDAD DE MÉXICO.

La imagen que ilustra el último campeonato de Chivas es una toma en la que salen Adolfo Bautista y Oswaldo Sánchez cargando el trofeo que significaba la decimoprimera estrella en el escudo del Guadalajara. La siguiente escena, la que pocos vieron, es a Adolfo Bautista encerrado en el baño del Estadio Nemesio Díez. A solas, con el trofeo, dedicando el partido a su mamá.

 

El Bofo tenía una situación especial. Le dedicó el juego a su mamá, tuvo un gran juego y el trofeo era el símbolo. Todos querían tener el trofeo para sentirse ganadores, porque en realidad un futbolista quiere cargarlo para sentirse ganador, porque es el símbolo de éxito, porque ese objeto te avala como el ganador del título. Bofo lo abrazaba, el vestidor del Toluca no estaba tan grande, el baño estaba pegadito y, por supuesto, tuvo su privacidad ahí, todos respetamos. Todos la tuvimos, algunos con su familia o otros individualmente”, dijo Ramón Morales, mediocampista de Chivas, que meses más tarde heredó el gafete de capitán en Chivas.

Todos nos pasábamos el trofeo de un lado a otro, todos lo tenían unos minutos y lo pasábamos para que lo cargaran. Para que tuvieran sus minutos de privacidad, porque en la cancha sólo juegan 11, pero detrás de nosotros hay mucha gente que nos ayudó a tener éxito.”

El Bofo se alejó de todos. Había anotado el gol del triunfo y se arrodilló en el césped del estadio del Toluca para luego señalar al cielo. El 19 de enero de 2006 su madre había fallecido y casi 11 meses después le dedicaba un título.

Había muchos líderes en el equipo, todos pensábamos en un bien común. Cada uno tenía sus características, su forma de ser, pero pensábamos en un bien común, nos respetábamos todos”, cuenta el mediocampista. Era el 11 de diciembre de 2006, el Toluca caía por un 3-2 global y los Rojiblancos rompían con casi una década de sequía en Chivas.

Veníamos de dos años de perder una final con Pumas. Teníamos esa revancha. Un antecedente inmediato, queríamos quitarnos la sensación del subcampeonato. Hablábamos que perdimos ese partido y que no podía volver a pasar”, agrega Ramón Morales.

El saber que tienes la posibilidad de ganar un título y entrar en la historia de Chivas, genera mucha presión. También había motivación. Era una cosa con la otra. El equipo que juega contra Tigres es parecido al de nosotros porque tiene amor por la playera y se entrega en todas las jugadas. Matías Almeyda recuperó algo importante, recordó que Chivas juega por México”, concluyó.