Katy Perry, cumple fantasías

Con vistosas coreografías, vuelos y su estilo interpretativo, la artista estadunidense complació a sus admiradores que la acompañaron en su primer show en la Arena Ciudad de México

Nota y foto: Excélsior

CIUDAD DE MÉXICO.

La mujer que muchos sueñan existe. No es un mito ni una leyenda. Se llama Katy Perry, la fantasía de sus admiradores que se hace realidad.

 

Se llama amor lo que se siente por ella. Y algo tan inerte como la Arena Ciudad de México también latió anoche, al verla aparecer como estrella a las 22:00 horas.

Toda una chica bad ass, de lente oscuro, de curvas que desconocen lo inadvertido y la discreción al ojo de los hombres, completamente derretidos y enamorados al verla pasearse por su pasarela con Witness.

Y bueno, las mujeres. Ellas la ven como una diosa, como una reina venida del antiguo Egipto como lo representó con Dark Horse. En pista había faraones, tiburones, pelotas de playa, colegialas, había todo el estereotipo en los que Katy se ha transformado.

A eso se le llama ser una inspiración, si no se tuvo que ver la carita de los chiquitines que en hombros se maravillaron de ver a Katy entrar al mundo de colores que todos esperaban.

El sueño adolescente, de una mujer que ya no lo es, se hizo realidad. Teenage Dream le dio la bienvenida a todo este mundo.

Y cómo no amar a una mujer que sabe dar los buenos días, noches y saludar en español, y, además, gritar en español “¡Viva México cabrones!”. Así de fácil se ganó a toda la gente en su primer show en la capital.

Hot N’ Cold, Last Friday Night (T.G.I.F) y California Gurls sonaron, pero hasta la hermosa muchachita puede tener competencia a la hora de su show: se llama Left Shark, la simpática botarga de tiburón azul que se robó su épico show del Super Bowl hace unos años.

Bueno, el escualo regresó y no en forma de fichas, sino con su colmilluda sonrisa y sus talentosas aletas. ¿Cuándo iban a imaginar que un tiburón pudiera tocar el piano? Jamás, pero Katy y su encanto lo pudieron hacer, con todo y una competencia de baile hilarante.

“Volvemos al show!”, gritó. Antes, una chica se ganó una botella de agua. Pues ese regalo fue como hacerle la noche porque ya no la soltó ni para aplaudirle a su ídolo por I Kisses a Girl.

Katy se elevó. Le gusta volar. Sólo que ahora devorada en el aire por unos labios carnosos y carmín que sellaron el segundo acto y, siendo atrevidas, pues gays y lesbianas también se besaron y no les importó.

Al terminar de interpretar Wide Awake, apareció con una bandera de México para demostrar el cariño por nuestro país.

Hasta el cierre de esta edición nadie quería despertar de este show. Witness: The Tour se iba a prolongar hasta que se completaran todos los episodios y el gran final con Firework.

Hoy es su segundo round en la Ciudad de México y varios fans seguramente repetirán.