Sheila la salva

Drew Barrymore afirma que su personaje en 'Santa Clarita Diet' le cambió la vida, luego de su divorcio de Will Kopelman; la serie tiene una segunda temporada confirmada

Nota y foto "Excélsior"

NUEVA YORK.

Hace apenas un año que Drew Barrymore anunciaba la ruptura de su matrimonio con Will Kopelman, tras cuatro años juntos y dos hijas. La actriz había ganado peso, su actitud era pesimista, pero Netflix y la serie Santa Clarita Diet llegaron a su vida.

 

Así, de la mano del productor Victor Fresco, la actriz volvió a la vida a través de este proyecto, que ya tiene confirmada su segunda temporada.

Recuerdo que no quería trabajar para nada. Quería estar en casa, criar a mis hijos, para mí ya estaba terminado, pero en cuanto leí el guión fue tan diferente, me dio alegría, placer, me dio risas, me sacó de mi miseria. Sheila hizo mi vida mucho mejor, me despertó, por su valentía, su alegría, me encantó. Estaba perdida, pero quería trabajar con estos chicos. Soy afortunada”, dijo durante su encuentro con diversos medios de comunicación internacionales.

Además de dar vida a la protagonista de la serie que se desarrolla en un tranquilo suburbio en Estados Unidos, Drew también funge como productora ejecutiva, lo que también contribuyó a mejorar su estado de ánimo.

“He producido desde hace mucho. He hecho de todo desde hace años. Honestamente no quería participar mucho, porque quería estar en casa y criar a mis hijos, pero ellos (Fresco y Timothy Olyphant) me hicieron querer trabajar otra vez, y ha sido la experiencia profesional más increíble. Con Timothy también comprometido, en automático me decidí a volver, fue algo grande para mí, porque también me salvó.

“Me gusta lo divertido. La mejor razón para firmar como productor es que estás en todos lados y te aseguras que todos estemos en la misma página. Antes, como productora todas eran cosas de vida o muerte y aquí todo fue muy casual. Es padre ser parte todo este proceso, me da poder, me emociona más, pero Víctor estaba a cargo de todo, no hubo drama, los escritores fueron maravillosos, los guiones eran cada vez más divertidos”, reiteró.

Y aunque está satisfecha con el éxito que ha tenido tras su regreso, su prioridad son sus hijas Olive (2012) y Frankie (2014).

Actuar te consume y quiero tiempo para mis hijos”, enfatizó.

Santa Clarita Diet es la primera serie en la que Barrymore participa, aunque tiene casi 40 años de trayectoria artística. La reticencia de la actriz para participar en proyectos más largos que una película era por la cuestión del tiempo, pero también por el temor de que a la larga el proyecto dejara de parecerle interesante.

“Mi máximo temor como actriz era el hecho de pensar en que llegara un guión y que éste no me gustara. ¿Qué haría en ese caso?, porque en el cine hay un inicio, un nudo y un desenlace y se acabó. Pero aquí cada semana llegaba algo mejor que lo anterior, que me emocionaba leer y que todos comentábamos. Era como un regalo semanal del que podíamos hablar y disfrutar.

Tal vez seguiré haciendo más televisión. He producido televisión con mi compañía, pero ninguno en el que haya estado. Es un honor ser parte de la familia de Netflix, tienen una enorme confianza que quizá otras cadenas o estudios no tendrían, porque tampoco trabajan igual que ellos”, explicó.

Santa Clarita Diet cuenta la historia de Joel (Olyphant) y Sheila (Barrymore) Hammond, quienes son agentes inmobiliarios y residentes en Santa Clarita, en la periferia de Los Ángeles. Su vida es bastante normal, hasta que Sheila parece que ha fallecido, pero se ha convertido en una zombi.

Para Drew, lo más divertido de esta producción de Netflix fue la idea de comer cualquier cantidad de cosas que le ponían enfrente, ya que dada la condición de zombi de Shela, su personaje, ésta se debía alimentar de órganos humanos.

“Estuvimos muy cercanos a la gente de efectos especiales y a los de catering porque nos propusieron muchas cosas asquerosas. Siempre fue diferente, lo que comía lo mantenían interesante, ya fuera algo deshidratado, algo que parecía gelatina, una sopa rara. Era parte del trabajo y claro que estaba consumiendo más calorías de las que tengo en mi dieta diaria, pero tenía que hacerlo y ¡me encantó! La idea de ducharme todos los días al terminar el trabajo era muy divertido para mí”, finalizó.