Adiós al hotel Bonampak, icono tuxtleco

Antiguo Hotel Bonampak

Por Jorge Alejandro Sánchez Flores

La ciudad de Tuxtla Gutiérrez, al erigirse como la nueva capital de Chiapas en agosto de 1892, era pequeña, con sus calles de tierra y atravesada por varios barrancos. No obstante, en el ámbito de la cultura fue la primera en el estado que, gracias a la cooperación del pueblo, tuvo su primer teatro llamado "Municipal", al cual llegaban, a fines de ese siglo y primeras décadas de 1900, artistas nacionales y extranjeros en compañías teatrales; artistas que se alojaban en los hoteles o posadas de la época, como por ejemplo el hotel "Porfirio Díaz", "El Jardín" de Próspero Gutiérrez, luego el hotel "México" conocido como "Paco", de Francisco Pérez Raygada, quien llegara a Tuxtla en una de aquellas compañías y al disolverse ésta, se quedó a vivir aquí estableciendo ese negocio, mismo que en 1936 adquirió José María Brindis, por lo que se denominó hotel "Brindis", el cual junto con el hotel "Cano", de don Juan Cano, que fundara en 1921 y primero de dos plantas en la población, serían los mejores de la ciudad hasta que se inauguró el hotel "Bonampak".

La ciudad, a fines de la década de 1940, tenía calles de tierra, empedradas y algunas pavimentadas. Por el lado poniente terminaba a la altura de la Cruz Blanca, conocida así ya que existía una cruz pintada de ese color, la cual estaba a la altura donde se construyeran dos columnas con efigies mayas que era la entrada a la ciudad y que en nuestros días se ubica el Banco BBVA Bancomer. 

En el período de gobierno del doctor Rafael Pascacio Gamboa, con visión futurista, inauguró en las afueras de la ciudad el inmueble que albergaría al juzgado penal, la agencia del ministerio público y a la Penitenciaria del Estado; alrededor de ese edificio sólo existían rancherías. Frente a este edificio, había una gran extensión de terreno que se denominaba "Yono toc" (en lengua zoque: Casa del Cupapé) y donde ya se construía un majestuoso hotel propiedad del empresario Moctezuma Pedrero Argüello. 

En el año de 1947 comenzaron los trabajos y para el 6 de enero de 1948 el periódico "El Heraldo", que se editaba en la capital del estado, lanzaba una convocatoria al público, buscándose nombre al hotel y campo turista recién construido, único en su género en el sureste mexicano, el cual debía terminarse en diciembre de aquel mismo año. Por este tiempo, se inauguraron el Gran Hotel "Canadá", ubicado en la primera Poniente Sur número 24, propiedad de Jesús S. Caballero y el hotel "Olimpo".

La invitación resultaba atractiva porque se premiarían a los tres primeros lugares. El resultado del concurso se dio a conocer en la prensa local. Así pues, el tercer lugar fue para la denominación: "Hotel Mactumactzá"; el segundo, "Hotel Moctezuma" y el primer lugar para el nombre de "Hotel Bonampak" (muros pintados), sugerido por los señores Enrique Torres Rosado (padre de Enrique Torres Bátiz) y Conrado de la Cruz Albores (padre de Conrado de la Cruz Jiménez). El jurado calificador estuvo constituido por Moctezuma Pedrero, Adrián Castillo, Jorge Pedrero, Alfonso Rosado, Eduardo Cruz Rivera y Alfonso Millán de la Serna. Se le "bautizó" con ese nombre ya que en 1946 se descubrieron las ruinas de Bonampak en nuestro estado, por Carlos Frey, quien fuera guiado en la selva por el lacandón Chan Bor. En una de esas expediciones murió ahogado Frey, en unión del pintor Franco Lázaro Gómez (1949), originario de Chiapa de Corzo, de quienes después del percance dijo el danés Frans Blom, arqueólogo radicado en San Cristóbal de Las Casas, que a aquéllos los emboscaron y les voltearon la canoa y por ello se presume que se ahogaron en las caudalosas aguas del río Lacanjá. El 20 de noviembre de 1948, antes de la fecha señalada para su inauguración, comenzó a funcionar el Hotel Bonampak. De manera original sólo contaba con bungalows, alberca, boliche, fron tenis y el salón "Azul y Plata", donde la alta sociedad tuxtleca celebraba las fiestas de fin de año. 

En la regia inauguración, el campeón olímpico de clavados Joaquín Capilla dio una excelente demostración de clavados en la alberca del hotel desde una plataforma improvisada de madera de 10 metros de altura, así como también de clavados chuscos, en compañía de su hermano Alberto y otro clavadista apodado "El Carioca"; además de un ramillete de jóvenes y guapas señoritas que integraban el ballet acuático procedente de la Ciudad de México, antecedente directo del nado sincronizado. Estas bien formadas sirenas se movían en el agua al compás del vals de la marimba. Ellas eran Lourdes y María Luisa Ponce, Ana María Contreras, Cristina Mariscal, Elena Banuet, Irma Lozano y Magda Alustiza. Por la noche, en el salón "Azul y Plata", se efectuó un baile de gala. El conductor del programa fue Ricardo Pueri Cervantes. En el estrado estuvieron, entre otras personas, el fotógrafo Humberto “Tito” Gallegos, la poetisa María Luisa de Esperón y la periodista Mercedes Camacho Calvo. 

La fiesta fue amenizada por la orquesta de Luis Alcaraz, de moda en esa bella época, y María Teresa Galán. Entre otros personajes, estuvieron en la misma mesa el gobernador César A. Lara y el gobernador electo Francisco J. Grajales, Moctezuma Pedrero, Francisco “Panchón” Contreras (quien trajo a Joaquín Capilla), Armando Duvalier, Rodolfo Espinosa, Sergio del Valle, Manuel Esperón, Isauro Camacho, Soledad Calvo de Camacho, Esther Quintanilla (guatemalteca) y Ciro Farrera. Por cierto, una de las mujeres mejor vestidas de la noche fue la señorita Mercedes “Mechita” Camacho, directora de la revista “Amanecer”, como lo publicó el periódico "El Faraón".

Después de la regia inauguración se dieron de forma consecutiva bailes en el salón "Azul y Plata", el más esperado fue el que se celebró con motivo a la toma de posesión del Gral. Francisco J. Grajales, como gobernador constitucional del estado.

Acto político que tuvo lugar en el estadio; al término, se inauguró el Museo Zoológico y la Calzada "Emilio Rabasa". Después se ofreció una comida en el hotel Bonampak y por la noche el baile en el salón "Azul y Plata", donde actuó de nuevo Luis Alcaraz (a quien se le vio monopolizado por algunas jovencitas del Club Tispas, ya que la mesa de ellas era la más inmediata, además de las más elegantes), alternando con la Marimba Orquesta de la Policía. También actuaron el barítono tuxtleco Pepe de la Fuente y el joven estudiante y declamador Jaime Sabines con un poema que impresionó a la concurrencia.

En el año de 1958 se construyó el edificio de tres niveles donde estuvo la administración del hotel y nuevas habitaciones. En 1961 los jóvenes pintores César Corzo Espinosa y Ramiro Jiménez Pozo, trabajaban en la reproducción del mural de la pintura de Bonampak que hasta la fecha se conserva en dicho edificio. La crónica de esos dichosos días se podría seguir contando, pero lo que interesa es la visión futurista que tuvo Moctezuma Pedrero, la cual fue más allá de los ojos de cualquier otro visionario; con el descubrimiento de las ruinas de Bonampak se esperaba que el estado de Chiapas fuera visitado por turistas de todo el mundo, así como de hombres de ciencia, y qué mejor que tener un hotel que les brindara todas las comodidades como el de los mejores hoteles del país. Además, para el año de 1950 se programó la Carrera Panamericana y se necesitaba que la capital del estado contara con un hotel a la altura de las personalidades que visitarían la ciudad.

En agosto del año en curso (2008) nos enteramos que el edificio de tres niveles y buena parte del inmueble se había vendido; y a mediados de septiembre, la histórica cafetería del hotel Bonampak se cambiaría a la planta baja del otrora famoso salón "Azul y Plata", acabando con ello toda una tradición de la élite tuxtleca. Ahora, sólo el recuerdo nos queda de aquellos ayeres que no volverán, que dio en su momento la apertura de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez como una capital moderna en el sureste del país.