Cabaret Barba Azul; Testimonio en la Casa de Satán

Infierno Barba Azul, obra montada en el local de la Obrera, surgió hace cuatro años para explorar temas de violencia de género

Nota y foto “Excélsior”

CIUDAD DE MÉXICO.

Cualquiera puede ser. La lámpara en los ojos de los espectadores les señala. El agresor puede ser un hombre común y corriente, con la más cotidiana de las historias. Cuando la noche cae y la ciudad se vuelve oscura, la vida continúa a la sombra de las luces y las lentejuelas del vestido brillan al mismo tiempo que la diamantina en el rostro. Clientes y “ficheras” son lo mismo, como cualquier otro.

 

Una noche como cualquier otra en el número 291 de la calle Gutiérrez Nájera de la colonia Obrera: en esa esquina sobrevive uno de los pocos auténticos cabarets de la ciudad: el Barba Azul se viste de gala para recibir a sus parroquianos. Auténtico y de barrio, concentra historias, buenas y malas, de diversión y ultraje. En el lugar se respira el perfume de las mujeres que bailan con hombres ansiosos de amor ocasional, el aroma a sexo mezclado con sudor. Pero también está en el aire el ácido sabor del abuso en nombre de un poder que la cuestión masculina otorga.

Tres mujeres han sido asesinadas en el interior del bar, convertido en un reducto de la morada de satán. Ellas deberán encarnar cada noche para seguir bailando, esa es su condición casi eterna, y responder a las preguntas –a veces estúpidas— de un interrogador que busca a su agresor: su voz, sin embargo, se vuelve la de otras miles de mujeres en un país machista, en un lugar reducido al intercambio de soledades, en donde el abuso masculino se encuentra a la orden del día.   

La dramaturgia es una creación colectiva de la compañía Puño de Tierra, que dirige Fernando Bonilla, y quienes han tenido la idea de transformar el segundo piso del bar en un foro teatral. La idea ha sido jugar con la propia estética del cabaret, alusiva a la famosa fábula Barba Azul, de Charles Perrautl, para proponer un mosaico de historias, todas tomadas de la realidad, en donde se reflexiona en torno al abuso, el machismo y la condición femenina.

Bonilla ha reunido a Sofía Álvarez Núñez, Daniela Arroio, Valentina Sierra, las Mujeres 1, 2 y 3, así como a Juan Carlos Medellín, quien actúa en el papel del investigador, pero también de un joven esposo que debe enfrentar la incertidumbre de que su compañera jamás regrese a casa. El propio director explica: Infierno Barba Azul “surgió hace unos cuatro años para explorar temas de violencia de género, el machismo extremo, surgió como una investigación escénica a partir de testimonios reales de gente al interior de la compañía”.

Junto con un colega español trabajaron conjuntamente el texto y decidieron montarlo en el cabaret capitalino: la decoración y el espíritu del lugar embonaban perfectamente. “Es un lugar muy raro, muy interesante, muy potente, en el que se concentran muchísimos rasgos de identidad y ejercicios de lo que es y lo que fue la Ciudad de México y en particular con la relación que los habitantes de la Ciudad de México tenemos con la propia urbe, con el sexo, con la noche, con las mujeres; el lugar está cargado de significados en el sentido que la fábula de Perrault da nombre al cabaret”, agrega Bonilla.

De las paredes del bar sobresalen altorrelieves de mujeres desnudas que sugieren a las esposas muertas de Barba Azul, el protagonista de la fábula. En la entrada aparece él junto a una princesa, más allá la escena de su castillo y en los muros llamas que semejan el fuego del infierno. Todas las noches, la vida de la ciudad se prolonga ahí y también las historias. Las protagonistas de la obra no son sólo las tres ficheras que trabajan en el bar, ni tampoco las tres víctimas de un misterioso personaje de nombre Barba Azul, son al mismo tiempo las dueñas de historias de abuso de cualquier mujer.

Una joven actriz que debe denunciar al director que ha comenzado a pasarse de listo, otra mujer más que padece los interrogatorios cuando decide denunciar a su agresor y luego la bailarina que recuerda al hombre con el que todas las noches debe bailar en la oscuridad del cabaret. ¿Quién es realmente el agresor? Junto con las tres mujeres, el investigador recorre a los espectadores, ellos lo ignoran, al final escupen que de nada servirá identificarlo: puede ser cualquiera, incluso uno de los asistentes. 

Infierno Barba Azul es una obra que contiene diferentes testimonios que pretenden construir el retrato de este homicida que es Barba Azul, las víctimas de feminicidio están condenadas a bailar y a recrear su muerte cada noche. “Todo el texto está ficcionado, fue una dramaturgia colectiva y para la lectura dramatizada juntamos textos de muy distintos orígenes pero finalmente para esta versión final procuramos acercarnos más a nuestro entorno y cotidianidad, son testimonios de hombres y mujeres que podrían encontrarse un jueves en el Barba Azul viendo nuestra función”, explica Bonilla.

Las experiencias contadas salieron de los mismos elementos de la compañía y otras más se desarrollaron a partir de denuncias públicas o de información periodística, a ellas se han agregado poemas de Charles Baudelaire y de Michel Houellebecq, “se trata de poesía masculina bastante sórdida que se escribe desde un profundo egoísmo pero también desde la honestidad que pueden hacer un eco entre la fábula de Barba Azul y los sentimientos más primitivos que puede tener cualquier hombre”.

Yo vengo a cazarte antes que alguien me cace a mí, voy a cobrármelas todas contigo”, escucha una de las mujeres de su agresor. Todos escuchan y se vuelven acusados y acusadores. La experiencia teatral además se vuelve diferente en el cabaret Barba Azul, los espectadores pueden beber una copa mientras ven la obra. Cuando ésta termina, la compañía invita a la gente a quedarse en el lugar: el cabaret presta de manera desinteresada sus instalaciones en un afán por conservar uno de los lugares más auténticos de la ciudad.

Infierno Barba Azul se presenta cada jueves, hasta el 8 de junio próximo, de manera gratuita; el cupo es limitado y únicamente se necesita enviar un correo electrónico a la sdirección [email protected] o llegar al lugar antes de las 20:00 horas.