Invitación a la no lectura; Ulises Carrión (1941-1989)

El Museo Jumex revisará la obra del polifacético artista conceptual mexicano, quien lo mismo produjo libros, videos, audios, objetos y textos 

CIUDAD DE MÉXICO.

Reunir la producción total de Ulises Carrión (Veracruz, 1941-Ámsterdam, 1989) representa más de 300 obras juntas. Entre libros, videos, audios, objetos y textos. Pero para entender su conceptualización del arte basta con estudiar su mayor proyecto: Other Books and So, que después se convirtió en Other Books and So Archive (OBASA), la librería-galería que fundó en Holanda en 1975 como el primer espacio para la edición de objetos de arte. Libros de artista.

 

Ahí, el libro era un todo. Letras, imágenes, conceptos, acciones. No sólo literatura. Carrión así comprendió y desarrolló su arte. Un todo hecho escritura, edición de revistas, programa radiofónico, documental, performance e incluso manifiestos teóricos. Exploró tantos lenguajes y herramientas como tuvo alcance. Y fue la escritura el soporte de todas sus creaciones.

Es precisamente OBASA una de las piezas centrales de la exposición retrospectiva que el Museo Jumex inaugurará el 9 de febrero sobre el artista. Ulises Carrión. Querido lector. No lea es una inmersión a la producción de quien usó medios como el teléfono, el telégrafo y la impresora como herramientas de trabajo. Un recorrido conceptual, no cronológico, a través de 350 piezas originales. 

Con la curaduría de Guy Schraenen, la muestra evidencia cómo Carrión eliminó la distancia entre medios y expresiones. La manera en que hizo de la palabra escrita o hablada el sustento de proyectos tan experimentales como innovadores. Tal como sucedió en Other Books and So, donde lo mismo se montaron más de 50 exposiciones, o se convirtió en la sede del Daylight Press, un sello y dirección postal para uso de cualquier artista.

En la sala del museo se recrearán las mesas de la librería-galería. Y en ellas los libros que Carrión llamaba “nolibros, antilibros, seudolibros, cuasilibros, libros concretos, libros visuales, libros conceptuales, libros estructurales, libros proyecto, libros declaración, libros instrucción”. El ambiente de la galería se dará con fotografías de época.

Para el curador, quien montó la retrospectiva en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid en 2016, Carrión es un artista inclasificable: “Cuando ya era un escritor exitoso se fue a Europa y con todo sus conocimientos creó nuevos lenguajes, y esto es lo que dejamos claro en la exposición. Ulises no se consideraba un artista al uso común. Es más un artista conceptual con una mente abierta”.

Entenderlo a tres décadas de su muerte merece ubicarlo en su tiempo y espacio. En los años 70 y 80 cuando, por ejemplo, él ya producía arte en televisión mientras el videoarte se afianzaba en la escena.

DE LILIA PRADO AL ARTE CORREO

Los núcleos de la muestra se pensaron a partir de los proyectos para reflejar conceptos centrales de la producción de Carrión. Investigaciones sobre la comunicación, el arte correo, la participación de terceros, el video, el sonido y la experimentación. Reflexiones a las que  el también cuentista sumó una búsqueda de nuevas estrategias culturales; sistemas para la difusión y distribución de su propio arte.

Entre los proyectos destaca Gossip, Scandal and Good Manners. A través de fotografías, dibujos y proyecciones se dará cuenta de la suerte de juego en el que Carrión difundió, con la ayuda de amigos, mentiras y rumores de sí mismo y otras personas. Un experimento sobre la libre comunicación y su deformación. 

A ello se suma el documental sobre Lilia Prado, una de sus piezas principales. Fue un proyecto en el que Carrión creó un festival de Cine en Ámsterdam para, por un lado, hacer un homenaje a la actriz mexicana, y, por otro, indagar en los mecanismos con que el cine construye símbolos en el imaginario social. El video expuesto documenta todo el proceso creativo  del festival como las charlas con Lilia Prado para convencerla de viajar a la ciudad holandesa.

En esta reflexión sobre el cine también se exhibe The Death of the Art Dealer, una película concebida como un performance. En él, Carrión aparece con un pequeño televisor en las manos. En la pantalla se proyecta una película, y el artista se mueve de la misma manera en la que lo hace la cámara: de izquierda a derecha, de arriba a abajo, de atrás a adelante.

La curaduría cierra con el arte correo. Una serie de cartas, postales y todo tipo de material impreso que tuvo origen en la red global que Carrión construyó con amigos de diferentes latitudes. Mucha de esta correspondencia era la invitación del artista a colegas para colaborar en sus proyectos, que publicó de manera periódica en la revista Ephemera, de 1977 a 1978.

Para el curador, la lectura sobre la producción de Carrión revela cómo influyó en la teoría y práctica del arte en el siglo XXI.