Pensadores con éxito; clásicos coleccionables

La editorial RBA colocó en puestos de periódicos una serie de títulos de autores como Platón, Nietzsche, San Agustín, Wittgenstein y Descartes, en la versión de la célebre Gredos, con lo cual ha logrado la hazaña de vender cerca de 50 mil libros de sus diferentes títulos en un periodo no mayor a un mes

CIUDAD DE MÉXICO.

Los puestos de periódicos también tienen un lugar para la buena literatura y el pensamiento. Una serie por entregas ha logrado algo complicado en un país que sigue teniendo bajos porcentajes de lectura: en tan sólo unas semanas la colección Grandes pensadores ha logrado vender cerca de 50 mil libros de sus diferentes títulos y no sólo eso, sino que ha demostrado que los lectores mexicanos están sumamente interesados en leer las grandes ideas filosóficas de la humanidad.

 

“Hoy en día es impresionante vender 50 mil ejemplares en pocos días”, admite Adolfo Rodríguez, director en México del sello RBA, quien desde hace dos años volvió a la venta de coleccionables en el país.

Grandes pensadores rompió con todas las expectativas: miles de lectores exigiendo libros de Platón, Nietzsche, San Agustín, Wittgenstein o Descartes, en la versión de la célebre Gredos y con anotaciones prólogos de los más destacados estudiosos.

Y es que la colección llegó a México como un experimento. Rodríguez recuerda que en 2015 RBA lanzó la serie en España donde quedó “un pequeño sobrante” que decidieron enviar a México. “En el momento de ver el contenido, la calidad y el precio dijimos adelante, vamos a experimentar con este perfil de contenidos que no es de tan fácil lectura”. Los libros llegaron en agosto y se lanzaron en septiembre pero rápidamente se agotaron.

Los lectores ya no encontraron los títulos en los puestos de periódicos y muchos acabaron enojados; incluso lanzaron dos peticiones en la plataforma change.orgexigiendo más ejemplares. RBA lo tomó con calma y decidió esperar hasta septiembre de este año para volver a lanzar la colección, pero ya con un tiraje especial para México, que se imprime en España, de 50 mil libros por cada título. El éxito fue el mismo.

Rodríguez afirma que la colección sumó tres aciertos: primero, la calidad, se trata de libros elegantemente encuadernados en tapa dura estampada en oro, con cinta punto de lectura y sobrecubierta ilustrada; el contenido, en algunos casos se publican las obras completas del autor traducidas por Gredos y siempre van precedidas de prólogos y estudios a cargo de especialistas como Fernando Savater, Javier Gomá o Carlos García Gual; en tercer lugar el precio, la primera entrega costó 69 pesos, la segunda 129 y a partir del tercero, cada libro  cuesta 149 pesos.

De cada título, RBA imprime 50 mil ejemplares. Actualmente la primera entrega es prácticamente inalcanzable y sólo persisten ejemplares que los dueños de puestos de periódicos compraron con anticipación; con los siguientes títulos la variación ha sido muy poca, “estamos entre 85 y 90% de venta”, dice Rodríguez. En total serán 50 entregas semanales y cada determinado tiempo, el sello editorial imprime de tres a cuatro títulos y cada uno permanece 14 días en los puntos de venta.

TRANSFORMARSE

RBA ha logrado éxito similar en los puestos de periódico con otros dos coleccionables: Grandes ideas de la ciencia y Patrimonio de la Humanidad. ¿Qué es lo que ha pasado, se desdeñó al puesto de periódicos como punto de venta?, se le pregunta a Rodríguez. “Nosotros los editores vivimos de las librerías, nos debemos a ellos, pero creo que el puesto de periódicos ha tenido una transformación, a nosotros como lectores a veces los tiempos no nos dan para ir a una librería y un puesto de periódicos te lo encuentras en cualquier esquina”, dice.

El editor piensa que las librerías deben trabajar “un poquito más en atraer lectores” pues éstas se manejan en conceptos comerciales muy diferentes. “Un puesto de periódicos no paga renta, no paga luz, una librería paga empleados, paga renta, esas cosas influyen y en las librerías los espacios cada vez son más cortos, hay muchísima oferta y en el puesto de periódicos no”. Rodríguez cuenta la historia de un directivo editorial que le reconocía que mientras en las librerías se perdían algunos títulos, en un puesto de periódicos llegó a contar seis productos de RBA contra dos de la competencia.

Grandes pensadores, agrega, marcará la línea que deba seguir el sello. “Le apostamos hace dos años nuevamente al tema de los coleccionables, después vino Planeta de Agostini nuevamente, ahora ya hay varios, esta Salvat, algunos independientes, en un largo tiempo dejó de haber coleccionables, pero estamos regresando. En estos tiempos hay que salir a buscar al lector, ya no van a llegar tan fácil a las librerías, a partir de aquí nuestros proyectos van a estar encaminados a este concepto, nos está funcionando y como en el futbol: si la alineación te está funcionando para que moverla, no necesitamos hacer cambios”.